martes, 2 de septiembre de 2014

Casas singulares (XIV)


Esta vez nuestro recorrido empieza en la calle Arrabal, donde podemos encontrar el edificio de la foto superior. Su fachada fue restaurada hace pocos años y pintada de alegres colores que le hacen destacar. Muchos de los adornos de la fachada en realidad están pintados, al igual que una ventana que está en la fachada lateral.



De la calle Arrabal nos vamos a la calle Cervantes, en su esquina con la calle Rubio, donde podemos ver el edificio de la segunda foto. Un bonito edificio con balcones y miradores en el chaflán que forma la fachada en la esquina. Los balcones del último piso tienen unos bonitos remates semicirculares y todo el edificio tiene un gran alero de madera. Los huecos de los bajos comerciales siguen el mismo estilo que la fachada. Aunque ésta presenta un buen aspecto en general, creo que no le vendría nada mal una limpieza. En sus bajos se encuentra la única paragüería que queda en Santander.

En la última foto se puede ver la casa que fue residencia de Marcelino Menéndez Pelayo, situada en la calle Gravina, a pocos metros del edificio anterior. Es un pequeño y bonito chalé de estilo afrancesado que data del siglo XIX. Actualmente forma parte de la Biblioteca Menéndez Pelayo y es un pequeño museo. Muchas de las habitaciones se conservan en su estado original, como el comedor familiar, la habitación de don Marcelino con la cama en que murió y el despacho de su hermano Enrique.

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