miércoles, 24 de diciembre de 2014

Navidades en el recuerdo

Plaza del Ayuntamiento (1973)

Así se adornaba ciudad en 1973. Como se puede ver en la foto, la decoración navideña no es que fuera gran cosa. Sólo se ponía un letrero en la fachada del Ayuntamiento, unas pocas estrellas, unas blancas y otras azules, en el tejado y nada más. En la entrada de las calles que dan a la plaza se ponía una gran estrella. En la foto se puede ver la de la calle Los Escalantes. La otra que se ve, a la izquierda de la foto, estaba en el árbol que se ponía en una isleta que había en esa zona. En la foto también se puede ver la iluminación navideña que ponía Almacenes Ribalaygua en su fachada. En Navidad, el reloj del Ayuntamiento tocaba villancicos antes de las campanadas.


Calle Isabel II (1964)

La única calle en la que se ponían adornos era Isabell II, pero era por iniciativa de los comerciantes. Con el tiempo, otras calles también fueron poniendo adornos, e incluso música ambiental, para hacer más atractiva la ciudad. Las calles alejadas del centro tardaron muchos años en ver los primeros adornos.

Teatro María Lisarda Coliseum

En esta foto de finales de los años cincuenta se puede ver cómo se adornaba el Teatro María Lisarda Coliseum, el popular "Coli", en la plaza de los Remedios, y que cerró sus puertas en 1990.


Guardia recogiendo donativos

Hasta los años setenta u ochenta era muy habitual, en todas las ciudades, entregar a los guardias que dirigían el tráfico un donativo, sobre todo comida, que iba destinado a asilos, casas de beneficencia, etc. (aunque también podía ser su aguinaldo). También es muy recordada la "Operación duro", en la que los guardias tenían una hucha y se les daba un duro (o lo que cada uno quisiera dar) para el Asilo de la Caridad. Para quienes no lo sepáis, "duro" era como se llamaba a la moneda de 5 pesetas.

Como se ve en las fotos, los guardias urbanos, que era como se les llamaba entonces, en invierno llevaban abrigo largo. También era muy característico el casco, popularmente llamado "orinal" por su forma.

Algunas de las fotos aquí mostradas proceden de "Cantabria y Santander en el recuerdo", una página muy interesante con fotos antiguas de Santander y Cantabria.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Un poco de historia (XXXVIII)

De las "corconeras" a las "pedreñeras"

Embarcadero de las "Corconeras"

El transporte de pasajeros entre las riberas de la bahía existe desde los tiempos de los romanos. Al principio, lógicamente, se usaban barcos a vela y a remo. En 1877 los empresarios Joaquín Bolado, Juan Gutiérrez Colomer (impulsor, en 1883, de la empresa "Sociedad Anónima del Tranvía Urbano de Santander") y Felipe Sánchez Díaz crean la empresa "La Corconera"1, dedicada al transporte de pasajeros entre las riberas de la bahía, empleando para ello barcos a vapor. Dichos vapores eran unos barcos muy marineros, en los que destacaba su alta chimenea amarilla y negra, que cubrían el trayecto desde Santander a la playa de El Puntal, Somo, Pedreña y El Astillero. La empresa llegó a tener hasta 9 barcos, todos ellos con el nombre "Corconera" seguido de un número correlativo.


Embarcadero de las "Corconeras"

Para su servicio la empresa disponía de un embarcadero de madera, dotado de un pequeño edificio que hacía las veces de taquilla y sala de espera, situado en el Muelle, cerca de los baños flotantes.

Vapor "Corconera Nº 1" en San Martín (1886)

El "Corconera Nº 1" sólo se empleó en la bahía de Santander hasta que un temporal lo destrozó. El "Corconera Nº 5" fue el primer vapor de hierro que se construyó en los astilleros santanderinos de San Martín, de don Eduardo López-Dóriga, en 1880. Primero se llamó "Fernández y Gutiérrez" y perteneció a Antonio Fernández Gallostra hasta que en 1881 lo traspasó a "La Corconera". En noviembre de 1886 fue sustituido por el "Corconera Nº 6".

Vapor "Corconera Nº 3" esperando para salir hacia Somo (1887)

Vapor "Corconera Nº 4" (1887)

Vapor "Corconera Nº 6" en una excursión a El Puntal (1900)

El "Corconera Nº 6", llamado primero "Hércules" por López-Dóriga, era un barco grande para su clase, pues tenía 119 toneladas y era del tipo remolcador de ruedas, por lo que, además de para hacer excursiones marítimas con pasajeros, también fue usado para tareas de remolque. En 1895 colaboró con una compañía inglesa en el tendido de un cable submarino eléctrico entre Santander, Santoña y San Sebastián y en su empalme con otro cable tendido entre Bilbao e Inglaterra.

En 1886 la empresa "La Corconera" constituyó la "Sociedad de Vapores Zarcetas, S.A."2 para establecer una línea regular de pasajeros entre Santoña y Limpias, empleando para ello al "Corconera Nº 5", que pasó a ser el primer "Zarceta".

Palacete del Embarcadero (años 80)

"La Corconera" prestó el servicio de trasbordo de la bahía hasta principios del siglo XX, cuando el servicio pasó a ser prestado por la empresa "Los Diez Hermanos", fundada por Manuel Bedia Castanedo y gestionada por sus diez hijos. Con el tiempo, miembros de "Los Diez Hermanos" se separaron y fundaron "Los Reginas".

Barco "Ciudad de Santander" de "Los Diez Hermanos" saliendo para hacer una excursión al río Cubas

Barco de "Los Reginas"

Ambas empresas se hicieron competencia durante unos años hasta que en los años sesenta se unieron los dos servicios. Desde 1977 el servicio es prestado en exclusiva por "Los Reginas", que emplea en el mismo las populares "pedreñeras".

1  Una corconera es un ánade de color negruzco que abunda en las costas del mar Cantábrico.
2  La zarceta, también llamada cerceta, es un ave del orden de las Palmípedas, del tamaño de una paloma, con la cola corta y el pico grueso y ancho por la parte superior, que cubre a la inferior. Es parda, cenicienta, salpicada de pequeños lunares más oscuros, con un orden de plumas blancas en las alas, y otro de verdes tornasoladas por la mitad.



lunes, 8 de diciembre de 2014

Un poco de historia (XXXVII)

La Alameda Primera y la Acera del Correo


Alameda Primera (1884)

Hasta principios del siglo XIX, los terrenos situados en lo que hoy es la plaza del Ayuntamiento, las calles Jesús de Monasterio y Amós de Escalante no eran más que terrenos de marisma por los que discurría el Camino Real que conducía a la población. A estos terrenos también llegaban los caminos procedentes de las Calzadas Altas. Hasta este lugar se introducía la ría que desembocaba junto a las Reales Atarazanas. El camino estaba bordeado de árboles y mesones en los que paraban los carros que entraban y salían de la ciudad con mercancías. Junto a la Puerta la Sierra de la vieja muralla ya existía desde muy antiguo el Convento de San Francisco.

Calle Amós de Escalante (1930)

A principios del siglo XIX el lugar se mejora con nuevos plantíos, bancos, se urbaniza, se rellenan las marismas y se crea una alameda, convirtiéndose en el lugar preferido para el paseo. Se empiezan a construir pequeñas casas de dos y tres plantas, se instalan pequeños talleres e industrias y, poco a poco, se empieza a extender la ciudad. En el lado norte, a partir de los terrenos del Convento de San Francisco, se estableció allí la parada de las diligencias que también llevaban el correo. También, en 1837, se construyó una acera enlosada hasta la calle Cervantes. En 1845 se le bautiza como "Calle del Correo", cambiando unos años después a "Acera del Correo", nombre que conservó hasta 1907, cuando recibió el actual nombre de Amós de Escalante en homenaje al escritor, nacido en la primera casa de la calle, que aún existe, y en cuyo portal hay una placa conmemorativa. Frente a esta acera se encontraba la plaza de Becedo1, en la que había unos jardines de estilo romántico. La plaza de Becedo y la Acera del Correo cobraron más prestancia a partir de la construcción del nuevo Ayuntamiento junto al Convento de San Francisco.


Tranvía a vapor a Peñacastillo

En 1889 se estableció en este lugar la parada de salida y llegada del "Tranvía Urbano", el tranvía, primero de mulas y luego a vapor,  que iba hasta Cuatro Caminos y que posteriormente se prolongó hasta Peñacastillo.


Alameda Primera


Alameda Primera (1920)

A partir de 1798 empieza a delimitarse la zona que pasaría a ser la Alameda Primera, situada frente a los almacenes de cordeles, cuerdas y demás pertrechos marinos de Juan de Isla. A principios del siglo XIX se impidió el paso de carros y bueyes, se pusieron los primeros bancos y grandes árboles que dieran sombra, además de una fuente ornamental en forma de cascada. En su parte norte se construyó el barrio de La Florida, convirtiéndose el área delimitada por las calles Cervantes, Concordia (actual calle Cisneros), Magallanes, Isabel la Católica y la propia Alameda en una zona residencial. La actual calle Rubio debe su nombre a Toribio Rubio, propietario de la mayoría de los terrenos de dicha zona y que cedió para su urbanización. La gente empezó a llamarla "Primera" para distinguirla de la "Segunda", situada más al oeste.


Calles Amós de Escalante y Jesús de Monasterio, y Alameda Primera (1924)

En la calle frente a la Alameda había muchos almacenes, comercios, barracones y cafés, entre los que destacaba el Café Cántabro, que antes estuvo en Becedo. El empresario Alfredo Narbón instaló en uno de estos barracones el Pabellón Narbón, una de las primeras salas de cine que hubo en Santander, y unos años después, en un terreno cercano, construyó la Sala Narbón. Durante los primeros lustros del siglo XX se celebraba en ella la verbena de San Juan.


Calle Amós de Escalante (años 50)

En 1903 la calle recibe el nombre de Jesús de Monasterio en homenaje al músico recién fallecido, y en 1949 la acera norte se une con la Alameda, formando una acera más ancha y cómoda. A lo largo de toda la Alameda se construyó una pérgola de piedra que se cubrió con enredadera, y entre las calles Florida e Isabel la Católica se construyó una isleta arbolada para el tráfico. Después de la Guerra Civil, la acera sur de la Alameda y la llamada "acera de Becedo" se unieron a la calle Jesús de Monasterio, de tal forma que los números impares empiezan frente al Ayuntamiento y los números pares en el edificio que hace esquina con la calle Cervantes.


Calle Jesús de Monasterio (Alameda Primera; años 60)


Calle Jesús de Monasterio (Alameda Primera; años 70)

Calle Jesús de Monasterio (Alameda Primera; años 80)

A principios de los años noventa la Alameda fue totalmente levantada para construir un aparcamiento subterráneo. Una vez terminado, de la vieja Alameda sólo queda la pérgola, que fue restaurada y puesta en el mismo lugar. Pocos años después se construyó el paso subterráneo de la calle Burgos.


1 Se cree que el nombre de Becedo deriva de brecedo, deformación de brezal, lugar poblado de brezo.