Alameda Primera (1884)
Hasta principios del siglo XIX, los terrenos situados en lo que hoy es la plaza del Ayuntamiento, las calles Jesús de Monasterio y Amós de Escalante no eran más que terrenos de marisma por los que discurría el Camino Real que conducía a la población. A estos terrenos también llegaban los caminos procedentes de las Calzadas Altas. Hasta este lugar se introducía la ría que desembocaba junto a las Reales Atarazanas. El camino estaba bordeado de árboles y mesones en los que paraban los carros que entraban y salían de la ciudad con mercancías. Junto a la Puerta la Sierra de la vieja muralla ya existía desde muy antiguo el Convento de San Francisco.
Calle Amós de Escalante (1930)
A principios del siglo XIX el lugar se mejora con nuevos plantíos, bancos, se urbaniza, se rellenan las marismas y se crea una alameda, convirtiéndose en el lugar preferido para el paseo. Se empiezan a construir pequeñas casas de dos y tres plantas, se instalan pequeños talleres e industrias y, poco a poco, se empieza a extender la ciudad. En el lado norte, a partir de los terrenos del Convento de San Francisco, se estableció allí la parada de las diligencias que también llevaban el correo. También, en 1837, se construyó una acera enlosada hasta la calle Cervantes. En 1845 se le bautiza como "Calle del Correo", cambiando unos años después a "Acera del Correo", nombre que conservó hasta 1907, cuando recibió el actual nombre de Amós de Escalante en homenaje al escritor, nacido en la primera casa de la calle, que aún existe, y en cuyo portal hay una placa conmemorativa. Frente a esta acera se encontraba la plaza de Becedo1, en la que había unos jardines de estilo romántico. La plaza de Becedo y la Acera del Correo cobraron más prestancia a partir de la construcción del nuevo Ayuntamiento junto al Convento de San Francisco.
En 1889 se estableció en este lugar la parada de salida y llegada del "Tranvía Urbano", el tranvía, primero de mulas y luego a vapor, que iba hasta Cuatro Caminos y que posteriormente se prolongó hasta Peñacastillo.
A partir de 1798 empieza a delimitarse la zona que pasaría a ser la Alameda Primera, situada frente a los almacenes de cordeles, cuerdas y demás pertrechos marinos de Juan de Isla. A principios del siglo XIX se impidió el paso de carros y bueyes, se pusieron los primeros bancos y grandes árboles que dieran sombra, además de una fuente ornamental en forma de cascada. En su parte norte se construyó el barrio de La Florida, convirtiéndose el área delimitada por las calles Cervantes, Concordia (actual calle Cisneros), Magallanes, Isabel la Católica y la propia Alameda en una zona residencial. La actual calle Rubio debe su nombre a Toribio Rubio, propietario de la mayoría de los terrenos de dicha zona y que cedió para su urbanización. La gente empezó a llamarla "Primera" para distinguirla de la "Segunda", situada más al oeste.
En la calle frente a la Alameda había muchos almacenes, comercios, barracones y cafés, entre los que destacaba el Café Cántabro, que antes estuvo en Becedo. El empresario Alfredo Narbón instaló en uno de estos barracones el Pabellón Narbón, una de las primeras salas de cine que hubo en Santander, y unos años después, en un terreno cercano, construyó la Sala Narbón. Durante los primeros lustros del siglo XX se celebraba en ella la verbena de San Juan.
En 1903 la calle recibe el nombre de Jesús de Monasterio en homenaje al músico recién fallecido, y en 1949 la acera norte se une con la Alameda, formando una acera más ancha y cómoda. A lo largo de toda la Alameda se construyó una pérgola de piedra que se cubrió con enredadera, y entre las calles Florida e Isabel la Católica se construyó una isleta arbolada para el tráfico. Después de la Guerra Civil, la acera sur de la Alameda y la llamada "acera de Becedo" se unieron a la calle Jesús de Monasterio, de tal forma que los números impares empiezan frente al Ayuntamiento y los números pares en el edificio que hace esquina con la calle Cervantes.
A principios de los años noventa la Alameda fue totalmente levantada para construir un aparcamiento subterráneo. Una vez terminado, de la vieja Alameda sólo queda la pérgola, que fue restaurada y puesta en el mismo lugar. Pocos años después se construyó el paso subterráneo de la calle Burgos.
1 Se cree que el nombre de Becedo deriva de brecedo, deformación de brezal, lugar poblado de brezo.
Tranvía a vapor a Peñacastillo
En 1889 se estableció en este lugar la parada de salida y llegada del "Tranvía Urbano", el tranvía, primero de mulas y luego a vapor, que iba hasta Cuatro Caminos y que posteriormente se prolongó hasta Peñacastillo.
Alameda Primera
Alameda Primera (1920)
A partir de 1798 empieza a delimitarse la zona que pasaría a ser la Alameda Primera, situada frente a los almacenes de cordeles, cuerdas y demás pertrechos marinos de Juan de Isla. A principios del siglo XIX se impidió el paso de carros y bueyes, se pusieron los primeros bancos y grandes árboles que dieran sombra, además de una fuente ornamental en forma de cascada. En su parte norte se construyó el barrio de La Florida, convirtiéndose el área delimitada por las calles Cervantes, Concordia (actual calle Cisneros), Magallanes, Isabel la Católica y la propia Alameda en una zona residencial. La actual calle Rubio debe su nombre a Toribio Rubio, propietario de la mayoría de los terrenos de dicha zona y que cedió para su urbanización. La gente empezó a llamarla "Primera" para distinguirla de la "Segunda", situada más al oeste.
Calles Amós de Escalante y Jesús de Monasterio, y Alameda Primera (1924)
En la calle frente a la Alameda había muchos almacenes, comercios, barracones y cafés, entre los que destacaba el Café Cántabro, que antes estuvo en Becedo. El empresario Alfredo Narbón instaló en uno de estos barracones el Pabellón Narbón, una de las primeras salas de cine que hubo en Santander, y unos años después, en un terreno cercano, construyó la Sala Narbón. Durante los primeros lustros del siglo XX se celebraba en ella la verbena de San Juan.
Calle Amós de Escalante (años 50)
En 1903 la calle recibe el nombre de Jesús de Monasterio en homenaje al músico recién fallecido, y en 1949 la acera norte se une con la Alameda, formando una acera más ancha y cómoda. A lo largo de toda la Alameda se construyó una pérgola de piedra que se cubrió con enredadera, y entre las calles Florida e Isabel la Católica se construyó una isleta arbolada para el tráfico. Después de la Guerra Civil, la acera sur de la Alameda y la llamada "acera de Becedo" se unieron a la calle Jesús de Monasterio, de tal forma que los números impares empiezan frente al Ayuntamiento y los números pares en el edificio que hace esquina con la calle Cervantes.
Calle Jesús de Monasterio (Alameda Primera; años 60)
Calle Jesús de Monasterio (Alameda Primera; años 70)
Calle Jesús de Monasterio (Alameda Primera; años 80)
A principios de los años noventa la Alameda fue totalmente levantada para construir un aparcamiento subterráneo. Una vez terminado, de la vieja Alameda sólo queda la pérgola, que fue restaurada y puesta en el mismo lugar. Pocos años después se construyó el paso subterráneo de la calle Burgos.
1 Se cree que el nombre de Becedo deriva de brecedo, deformación de brezal, lugar poblado de brezo.
En la casa de Amos de Escalante vivieron durante muchos años mis tíos a los que yo visitaba de pequeña. Después creo que se vendió y yo no he vuelto a ir a Santander. Vivían en el último piso que era a buhardilla do. Me acuerdo perfectamente de la placa que había en la fachada.,pero yo era tan pequeña que no sabía quien era aquel señor
ResponderEliminarMuchísimas gracias por este Blog, Máximo! Y por el esfuerzo de investigación, recapitulación, redacción, actualización...
ResponderEliminarHe dado con él hace pocos días, y estoy disfrutando, y aprendiendo, muchísimo descubriendo el Santander de ayer (y de hoy también) de tu mano.
Enhorabuena y Gracias. De corazón.
Un gran abrazo,
Gracias!
Muchas gracias, Marta. Me alegro de que te guste el blog.
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