jueves, 21 de mayo de 2020

Robo en el palacio de La Magdalena

El pasado día 16, en la cuenta @Ahoravistohoy de Twitter publicaron una imagen de la última página de la edición del día 16 de mayo de 1931 del diario Ahora en la que se ven unas fotos sobre la investigación de un robo cometido en el palacio de La Magdalena, cuando la Familia Real ya estaba en el exilio.

Imagen publicada en la cuenta @Ahoravistohoy de Twitter

Nunca había oído ni leído nada sobre un robo cometido en el palacio de La Magdalena, por lo que me puse a investigar hasta que descubrí lo que ocurrió, aunque no he podido encontrar información sobre si el ladrón fue capturado y si los objetos robados fueron recuperados.

En la madrugada del 11 al 12 de mayo de 1931 una persona sin identificar se acercó hasta el palacio sin ser descubierto, rompió un cristal de la puerta del despacho de la reina Victoria, la abrió y entró. El ladrón recorrió todas las habitaciones de los dos pisos, abrió los armarios, cómodas, cajones, etc., sin llevarse ningún objeto de gran valor. Sólo se llevó unas pequeñas miniaturas de porcelana a las que quitó sus marcos dorados. Además, como se ve que tenía tiempo de sobra se sentó a fumar tranquilamente unos cigarrillos. El ladrón se marchó por la mañana, cuando el vigilante llegó para hacer su ronda.

Aquí podéis leer todos los detalles sobre este robo:

lunes, 18 de mayo de 2020

Arqueología urbana (VIII)

Desde muy antiguo siempre hubo un puente que unía las dos pueblas de Santander, primero sobre el arroyo de Becedo y luego sobre la calle de La Ribera. Empezó siendo un pequeño puente de madera y acabó siendo un gran puente de piedra y hormigón bajo el que circulaban los tranvías, como se puede ver en antiguas fotografías de Santander.



El último puente fue construido en 1912 y derribado en 1936. El puente tenía cuatro farolas en el medio y dos farolas artísticas en cada extremo. Dos de estas farolas se pueden ver actualmente en la plaza de Cañadío.





viernes, 15 de mayo de 2020

Las epidemias en Santander

Ayer, 14 de mayo, día de San Matías, tuvo lugar en la Catedral la celebración del Voto de San Matías siguiendo lo dispuesto en sus Capitulaciones. San Matías fue el santo al que se encomendaron los habitantes de Santander, en 1596, para que les librara de la epidemia de peste que se extendía por toda Europa y que llegó a Santander a bordo del Rodamundo, un navío de la Armada Real que procedía de Flandes. Unos años antes, en 1503, hubo otra epidemia de peste en Santander.

Además de la actual de COVID-19 y las de la peste del siglo XVI ya descritas, a lo largo de la Historia Santander ha sufrido varias epidemias importantes, de las que destaco las principales. En 1497 la peste llega a la villa de Santander traída por la Armada de Flandes que traía a Margarita de Austria para casarse con Juan de Aragón y Castilla, heredero de los Reyes Católicos. Murieron unas 6.000 personas, dos tercios de la población. En 1834 la ciudad sufrió una epidemia de cólera, que se repitió en 1865. El 23 de diciembre de 1865 el diario La España publicaba el siguiente artículo sobre la epidemia de cólera que se había declarado en Santander.


En 1884 Santander, al igual que toda España, sufre las consecuencias de una epidemia de cólera que entró en España a través del puerto de Alicante. Otra importante epidemia declarada en Santander tuvo lugar en 1918, cuando la llamada "gripe española" se extendió por gran parte del mundo.


En la imagen superior se puede ver la recreación de una portada de El Diario Montañés de 1918 informando de la llegada a Santander de la epidemia de gripe coincidiendo con el final de la I Primera Guerra Mundial. En 1957-1958 también se sufrieron los efectos de la gripe asiática.


miércoles, 6 de mayo de 2020

Historia aérea (IV)

El aeródromo de La Albericia

Desde sus inicios la aviación despertó gran interés en Santander, donde surgieron muchos aviadores, algunos tan destacados como Juan Pombo y sus hijos Teodosio y Juan Ignacio, y Salvador Hedilla. Juan Pombo (Santander, 1881 - Madrid, 1939), miembro de una conocida familia de empresarios, fue el primer piloto que voló de Santander a Madrid, en 1916, sobrevolando la Cordillera Cantábrica en un aeroplano Bleriot, lo que en esa época constituyó toda una proeza. Por su parte, Salvador Hedilla (Castillo Siete Villas, 1882 - Barcelona, 1917), entre otros logros, tiene el haber ganado la Copa Santander de Aviación de 1914 al ser el piloto que voló la distancia más larga, 536 Km, al volar de Santander a Châteauneuf (Francia). También fue el piloto que voló por primera vez de Barcelona a Palma de Mallorca, en 1916.

Juan Pombo y Enrique Bolado en La Albericia (1913)

En esos primeros años de la aviación eran muy comunes las exhibiciones aéreas, como la que el 8 de septiembre de 1910 realizó Ferdinand Pascal en La Albericia, año en el que se realizó un festival aéreo en el mismo lugar. Esto hizo que esos terrenos se empezaran a acondicionar para el despegue y aterrizaje de aviones, lo que llevó a que en 1912 se construyeran una pista y dos hangares. Al auge de la aviación contribuyó la creación, en 1913, del Aeroclub de Santander. En 1915, la Sociedad Española de Construcciones Aeronáuticas y Similares (SECAS) construyó una fábrica de aviones junto al aeródromo. En dicha fábrica se construían aviones bajo licencia de fabricantes europeos. La fábrica estaba dirigida por Juan Pombo, que también era el encargado de probar los aviones. La fábrica tuvo que cerrar en 1917 debido a las dificultades para obtener materiales a causa de la I Guerra Mundial.

Florentino Vela en La Albericia

En 1921 la Compañía Franco-Bilbaína de Transportes Aeronáuticos inaugura la primera línea comercial regular de pasajeros con origen y destino en Santander: Santander-Bilbao-Bayona (Francia). Sin embargo, la línea, como era operada por hidroaviones, no partía de La Albericia, sino de la bahía. Los hidroaviones pertenecían a la compañía Red de Hidroaviones del Cantábrico (RHC).

Durante la Guerra Civil el aeródromo de La Albericia fue base aérea para ambos bandos. El Mando Aéreo Republicano del Norte tuvo su sede en La Albericia y en el recién construido aeródromo de Rubayo. Cuando Santander fue liberado, ambos aeródromos fueron usados como base por la Legión Cóndor alemana. Al finalizar la Guerra Civil el aeródromo empieza a recibir vuelos tanto civiles como militares, ya que en él se instaló una base aérea. El aeródromo fue abierto al tráfico civil, nacional e internacional, de forma oficial en 1948. Su pista, la 09-27, medía 1.500 metros de largo por 40 de ancho, y como ayuda para la navegación aérea sólo contaba con comunicaciones de onda corta y un radiogoniómetro.


Aeródromo de La Albericia (1937)
Marcel Jaurey junto al hangar del Aeroclub de Santander

En 1950 la compañía Iberia inaugura la línea Santander-Madrid. Sin embargo, el aeródromo ya se estaba quedando pequeño al no poder expandirse y era evidente la necesidad de un nuevo aeródromo más grande. Aún así, entre noviembre de 1952 y abril de 1953 el aeródromo permanece cerrado por obras de mejora de las instalaciones, especialmente de la pista. Cuando volvió a abrir lo hizo por poco tiempo, ya que el 25 de septiembre de 1953 tuvo lugar en él la última operación comercial. Ese mismo día se inauguró el Aeropuerto de Parayas.

A partir de entonces el aeródromo de La Albericia sólo atendía vuelos deportivos y recreativos, hasta que en 1965 cesó definitivamente su actividad. Ese mismo año los terrenos que ocupaba pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento, que construyó en ellos el Complejo Municipal de Deportes.