lunes, 26 de febrero de 2018

Arte en las fachadas (IV)

Continuando nuestro paseo por los murales pintados en las paredes y fachadas de Santander hoy empezamos en la calle Cisneros, donde podemos ver el siguiente mural junto a las entradas de los colegios públicos Cisneros y Antonio Mendoza, obra del Colectivo Beusual.


Los dos siguientes murales los podemos ver en las escaleras que comunican las calles Cuesta y Cuesta del Hospital.


Del centro nos vamos a la calle Río de la Pila donde, junto al funicular, podemos ver el siguiente mural. Quiero dar las gracias a Manuel Nieto por las fotos.






sábado, 24 de febrero de 2018

El otro Santander (XI)

La calle Cuesta


Es una pequeña calle peatonal situada frente al Ayuntamiento pero que suele pasar desapercibida para quien pasa frente a ella. Hoy en día, además de los locales de hostelería, apenas quedan comercios. Al final de la calle hay unas pequeñas escaleras que la comunican con la Cuesta del Hospital.

Recibió su nombre en 1845, y recuerda a Antonio Cuesta, un famoso boticario del Santander del siglo XIX que tenía una botica en la calle Atarazanas y en cuya rebotica se reunían en tertulia los intelectuales de la época. En 1882 surgió el proyecto de abrir un túnel al final de la calle, bajo las calles Rúa Mayor y Rúa Menor, para comunicar la calle Atarazanas con la plaza de Las Navas de Tolosa y las estaciones de ferrocarril. Debido al desnivel con la Cuesta del Hospital, los bajos de los edificios se convirtieron en almacenes, bodegas, cafés-cantantes y tablaos flamencos, muy frecuentados por los soldados que esperaban a ser embarcados a Cuba y por los que eran repatriados.

Calle Cuesta (1968)

Ya en el siglo XX, el periódico liberal La Montaña tuvo su rotativa en esta calle. En el local del fondo de la calle estuvo a punto de abrir una sala de cine la familia propietaria del mismo, pero no llegó a un acuerdo con el inquilino, un bodeguero y tonelero. A mediados de los años 60 se estableció en ese local la sala "La Belle Epoque", una sala de baile, antecesora de las discotecas, que se mantuvo hasta los años 80 y que mucha gente aún recuerda. Otros locales muy recordados son el "Mesón de la Tortilla", "El Toboso" y, sobre todo, "La Casona", propiedad de "el pobre Chus", y que era un pequeño museo por la cantidad de objetos de todo tipo que adornaban el local, incluidos cuadros de Dalí, Miró y Fernando Calderón. Al igual que hoy en día muchas zonas de la ciudad tienen su propio ambiente, la calle Cuesta también tuvo el suyo, muy animado tanto a la hora del aperitivo como por la noche.

Bajo las escaleras que comunican la calle con la Cuesta del Hospital hubo durante muchos años unas taquillas en las que se podían comprar entradas para los partidos del Racing, los circos que venían a la ciudad y otros espectáculos.

La calle Cuesta en la actualidad



El otro Santander (XII). El pasadizo Sarasola
El otro Santander (X). La avenida de Maura



lunes, 19 de febrero de 2018

Un poco de historia (LXXI)

La calle Casimiro Sainz


La actual calle Casimiro Sainz empezó siendo un terreno por el que discurría el arroyo de Molnedo, que recogía las aguas provenientes de la vaguada de Tetuán. Junto al cantil de la bahía estaban la fuente llamada "de los diez caños" y la aguada que abastecía los barcos de pesca. En 1784 el empresario Francisco de Gibaja construyó allí la planta de blanqueado de su fábrica de hilados. En 1832 se construyó un lavadero público y, a medida que la ciudad y los muelles se extendían hacia el este, Molnedo fue cambiando su fisonomía y varias fábricas de salazones se instalaron en el lugar. El lugar de Molnedo fue oficialmente reconocido como calle en 1842.


Calle Casimiro Sainz (1925)

Los avances urbanísticos provocaron que los mareantes del Cabildo de Abajo tuvieran que trasladarse a la zona de Molnedo, lugar que conoció su máximo auge al construirse la dársena de Puertochico. Molnedo y sus alrededores, especialmente el barrio de Tetuán, se convirtieron en lugar de residencia de pescadores, dando al lugar un carácter único. En 1894 se construyó la Almotacenía, donde se vendía el pescado que traían los barcos que atracaban en Puertochico. Las pescadoras con sus carpanchos en la cabeza, las rederas, los pescadores, los raqueros, etc., enseguida se convirtieron en parte fundamental del paisanaje de la zona.

Almotacenía de Puertochico
Pescadoras en la Almotacenía de Puertochico

En 1915 el Ayuntamiento cambió el nombre a la calle y la bautizó como Casimiro Sainz, en homenaje al pintor nacido en Matamorosa. Con el traslado de los pescadores al nuevo Poblado Pesquero en los años 50-60 se acabó con el carácter de Molnedo. En los terrenos donde estuvieron las fábricas de salazón se construyeron el edificio de la Diputación Provincial en 1935 (inaugurado en 1937 y derribado en 2009) y los cines Reina Victoria y Popular Victoria. En los terrenos ocupados por los cines, una vez cerrados éstos, se establecieron el Garaje Loriente y una comisaría de la Policía Nacional.

Calle Casimiro Sainz
Calle Casimiro Sainz (1972)

En los años 80, después de llevar cerrado un tiempo, se decidió trasladar el edificio de la antigua Almotacenía a un terreno situado en la acera de enfrente y a unos metros de distancia. Una vez reconstruido el edificio se convirtió en el actual Centro Cultural Doctor Madrazo. El nombre es un homenaje al doctor Enrique Diego Madrazo, conocido cirujano cántabro fundador del Sanatorio Madrazo, centro hospitalario que se encontraba en la calle Santa Lucía.

Antigua sede del Gobierno de Cantabria (2009)

En los años 90 se construyó un túnel que unía Las Llamas con Puertochico bajo la ladera del Alta. Sin embargo no fue el primer proyecto para construir un túnel, ya que en 1959 el ingeniero de Obras Públicas Eiriz Beato entrega en el Ayuntamiento el proyecto de un túnel que comunicaría Molnedo con Las Llamas.

La actual calle Casimiro Saiz termina en el cruce con la calle Santa Lucía.. A partir de este punto en adelante la calle recibe el nombre de San Emeterio, uno de los dos santos patronos de la ciudad junto a San Celedonio.




Un poco de historia (LXXII). La calle Santa Lucía
Un poco de historia (LXX). El paseo de Pérez Galdós