viernes, 16 de diciembre de 2016

Aquellas viejas jugueterías

Estamos en Navidad, tiempo en el que, más que en otras épocas del año, nos saturan con publicidad de todo tipo de artículos para hacer regalos a la familia, seres queridos, amigos, etc. En Navidad, además de los anuncios de productos típicos de estas fechas, son más habituales que nunca los anuncios de juguetes.

Hoy en día es en los centros comerciales, en las franquicias de una marca determinada y en los bazares chinos y "todo a cien" donde pueden comprarse los juguetes, ya que la clásica juguetería, al igual que otros comercios "de toda la vida", desapareció de las calles. Hoy quiero mostraros algunas de aquellas jugueterías.

El Paraíso de los Niños (1935)

La tienda "El Paraíso de los Niños", situada en la calle de La Blanca, fue una de las más conocidas tiendas del Santander anterior al incendio. Sus escaparates atraían las miradas curiosas de niños y niñas que hoy son adultos y seguro que recuerdan la tienda. Desconozco si volvió a abrir después del incendio.

Bazar La Mar

El Bazar La Mar, de Julio Palacios, estaba situado en el número 1 de la calle Atarazanas, junto al puente de Vargas. Entre otras cosas también vendía juguetes. Después del incendio se instaló en la calle Juan de Herrera como la recordada Juguetería Palacios, que estuvo abierta hasta los años 90.



Bazar San Carlos

En la calle Jesús de Monasterio estuvo hasta hace poco más de un año el recordado Bazar San Carlos, primero en un estrecho local de dos plantas con entrada por un portal y los últimos años en un local mayor unos metros más arriba, en la esquina con la calle Garmendia. Es de destacar el expositor que tenía en la acera.

Además de las ya mencionadas más arriba, en Santander hubo más jugueterías, como el Bazar Olea (en la esquina de San Fernando y la travesía Cuevas), el Bazar Álamo (en la esquina de Isabel II con Emilio Pino), el Gran Bazar, que estaba en la calle Amós de Escalante (con entrada también por la calle Miguel Artigas), también vendía juguetes, etc. Algunos comercios, como los Almacenes Simeón y Mendiolea (en su local de la calle Rualasal) también vendían juguetes en Navidad. Además de estas tiendas, los grandes almacenes como Woolworth, Laínz, Ribalaygua y Pérez del Molino tenían una sección de juguetes.


miércoles, 7 de diciembre de 2016

Escaleras al cielo (VII)

En la serie de artículos dedicados a las calles con escaleras que hay en Santander no podía faltar uno dedicado a la subida al Gurugú1.


Es una calle con tres tramos de escaleras que comunica la calle Marqués de Santillana con el paseo de Canalejas y con el entramado de patios, callejones y travesías interiores que hay en la ladera sur de dicho paseo.


ACTUALIZACIÓN

Parece ser que el Ayuntamiento tiene proyectado construir rampas y escaleras mecánicas en esta calle.


1 El Gurugú es un monte de Marruecos situado junto a Melilla. En la Guerra de África, a principios del siglo XX, fue escenario de varias batallas entre las tropas españolas y las tropas rifeñas mandadas por Abd el-Krim.




domingo, 4 de diciembre de 2016

El otro Santander (IV)

La calle Nazarín


La calle que hoy quiero daros a conocer es la calle Nazarín1. Es una calle en pendiente que comunica la calle Marqués de Santillana con el paseo de Canalejas.




Es una calle en la que el tráfico es de subida y que en gran parte de su recorrido carece de aceras para los peatones. Aunque la mayoría de los edificios que hay en ella son modernos, aún es posible ver alguna pequeña casa antigua.




1 Nazarín es una novela de Benito Pérez Galdós que narra la vida de Nazario Zaharín, un clérigo que vive en el barrio más pobre de Madrid junto a los más desfavorecidos y marginados y que tiene que huir por haber ayudado a una mujer a esconderse.


El otro Santander (V). La calle Juan de Garay
El otro Santander (III). La calle Alejandro García



martes, 29 de noviembre de 2016

Un poco de historia (LVII)

Las Calzadas Altas

En un artículo anterior hablaba de la Rúa Mayor, la calle principal de la Puebla Vieja, o Puebla de Arriba, y que comunicaba la puerta de la Catedral con la puerta de San Pedro de la muralla que protegía la, primero villa, y luego ciudad. El camino que seguía a continuación, en el tramo comprendido entre donde estaba la antigua puerta de la muralla y el Hospital de San Rafael, era conocido popularmente como "Camino Alto" o "Calzadas Altas", nombre que fue confirmado en 1845 cuando la ciudad fue dividida en distritos.

Calle Alta

En 1801 el Ayuntamiento dispone que "conociendo lo urgente y útil que es la avenida de la carretería por el camino Alto o de las Calzadas Altas no se permitía a la carretería venir por el camino de Becedo, como paseo que disfruta el vecindario". Los carros que accedían a la ciudad por este camino bajaban al centro por las cuestas del Hospital y de Gibaja, o por debajo de la torre de la Catedral.

Calle Alta (1936)

Era este un camino poblado de pequeñas y modestas casas habitadas por los mareantes del Cabildo de Arriba y uno de los lugares más típicos de la Puebla Vieja. La vida en este barrio está magníficamente retratada en Sotileza, la gran obra de José María de Pereda.

El Hospital de San Rafael fue fundado en 1791 por Menéndez de Luarca y estuvo en servicio hasta que se abrió la Casa de Salud Valdecilla en 1928. Entre intermitentes períodos de abandono fue sede del Conservatorio de Música, de la Escuela de Náutica, comedor social, etc., hasta que fue recuperado en 1964 por la Diputación Provincial de Santander pero, debido al alto coste de su restauración, quedó abandonado de nuevo hasta que en 1984 se inicia su restauración. Desde 1987 es sede del Parlamento de Cantabria.

Hospital de San Rafael

El tramo de calle comprendido entre la iglesia de Consolación y el Hospital de San Rafael recibió, en 1882, el nombre de "Menéndez de Luarca", en homenaje a quien fuera Regente de la Provincia de Santander durante la Guerra de Independencia, Obispo de Santander y fundador del Hospital de San Rafael. Sin embargo, desde el Hospital hasta Cuatro Caminos la calle seguía llamándose Calzadas Altas. Otros tramos de la calle también tenían su propio nombre: "Consolación", "Santa Cruz del Monte Calvario" y "Alonso Gullón". En 1950 la calle fue unificada y se quedó con el actual nombre de Calle Alta.

Cementerio de San Fernando

En la ladera sur de la calle, sobre la Peña del Cuervo, estuvo el Cementerio Municipal de San Fernando, en unos terrenos que el Ayuntamiento compró a la condesa de Isla. El cementerio estuvo en uso desde 1830 hasta que se abrió el actual cementerio de Ciriego. En 1928 se inauguró el cuartel de la Guardia Civil en donde actualmente está la plaza de los Derechos Humanos. Al final de la calle, ya en Cuatro Caminos, donde hoy está la plaza de México, se estableció el Matadero Municipal.

Colegio de la Purísima Concepción

Matadero Municipal

En 1656 se funda el Convento de las Madres Clarisas de la Santa Cruz del Monte Calvario. En 1835, debido a la Desamortización de Mendizábal, las monjas abandonan el convento y se instala en él una fábrica de tabacos, que empieza a producir en 1838 hasta que en 2002 Tabacalera, dueña de la fábrica y del edificio, traslada la producción a su nueva planta de Entrambasaguas.

Edificio de Exposiciones

En el tramo de calle llamado Alonso Gullón se construyó en el siglo XIX el denominado Edificio de Exposiciones, destinado a acoger certámenes de ganadería, agricultura y jardinera, mítines, reuniones, etc. Tuvo su mayor apogeo en los reinados de Amadeo I de Saboya y Alfonso XII. En los años veinte, durante unos años, fue la sede de los Boy Scouts de Santander hasta que fue derribado. En el solar se construyó el Colegio Ramón Pelayo, inaugurado en 1933.

Calle Alta nº 30 (siglo XVIII)

Los vecinos de la calle Alta "de toda la vida" llevan con orgullo el ser "callealteros", algo que, dicen, les imprime un carácter especial. Celebran su fiesta patronal el día de San Pedro. El callealtero más conocido es, sin duda, Marcelino Menéndez Pelayo, que vivió en el número 15 de la calle. En el número 30 se encuentra el que es el edificio habitado más antiguo de Santander. Es del siglo XVIII y en una de sus esquinas aún se puede ver un antiguo escudo nobiliario perteneciente al linaje de Estrada.

Prisión Provincial

En la calle Alta también tuvo su sede la Prisión Provincial, en cuyos terrenos actualmente hay un aparcamiento.


Un poco de historia (LVIII). La calle Lealtad
Un poco de historia (LVI). La plaza de las Brisas



jueves, 17 de noviembre de 2016

Historia aérea (II)

Escala en Santander

Hace unos días en el blog "DesdeSDR" publicaron una foto de 1929 de dos aviadores en el aeródromo de La Albericia, pero sin dar más información que el título del artículo. El tema me interesó y empecé a investigar. Todo empieza el 8 de julio de 1929, a las 9:10, en el aeródromo de Old Orchard, en el estado de Maine (Estados Unidos), cuando los aviadores Roger G. Williams y Lewis Yancey despegan a los mandos del "Path Finder" con la intención de cruzar el Atlántico y llegar a Roma sin hacer escalas.

Los aviadores Yancey (izquierda) y Williams (centro) en La Albericia
(Imagen procedente del blog "DesdeSDR")

Durante el vuelo tuvieron que enfrentarse a tormentas y, sobre todo, a una densa niebla que les impidió ver las islas Azores. Su intención era atravesar la Península Ibérica entrando por Oporto y seguir hacia Madrid, pero se dieron cuenta de que habían calculado mal el combustible necesario y decidieron seguir por la costa cantábrica y, de paso, batir la marca del "Yellow Bird" (Pájaro Amarillo) que tuvo que aterrizar en la playa de Oyambre unos días antes, el 14 de junio, por lo que siguieron hasta Santander y aterrizaron en el aeródromo de La Albericia el 9 de julio, unas 37 horas después de haber salido de EE.UU.

Los aviadores fueron recibidos como héroes y agasajados por el Gobernador Civil, que corrió con todos los gastos de su estancia. Al día siguiente por la mañana fueron llevados a La Albericia, donde ya había sido repostado el avión, y a las 11:00 despegaron rumbo a Roma, a donde llegaron a las 21:30.

Se puede encontrar más información en:

Este es otro episodio que forma parte de la pequeña pero importante e interesante historia aérea de Santander. Hace unos meses ya conté la escala que hizo en Santander, en 1930, el hidroavión Dornier DO‑X, que entonces era el avión más grande del mundo.


Historia aérea (III). El Graf Zeppelin sobrevuela Santander
Historia aérea (I). Un gigante de los cielos en la bahía


jueves, 3 de noviembre de 2016

Aniversario de la tragedia del Cabo Machichaco

Hoy se cumplen 123 años de la trágica explosión del vapor Cabo Machichaco. Como es sabido, cuando estaba atracado en el muelle número 2 de Maliaño se declaró un incendio a bordo. Entre otras mercancías el barco llevaba a bordo gran cantidad de garrafas de ácido sulfúrico y cajas de dinamita que no habían sido declaradas. La dinamita con el calor exhuda y se genera nitroglicerina, que es muy inestable y las vibraciones producidas por los intentos de hundir el barco la hicieron explotar, produciéndose una tremenda explosión que mató a más de 500 personas, hirió a otras 2.000, provocó un devastador incendio que destruyó las casas las calles Calderón de la Barca y Méndez Núñez, destruyó el tren de Solares que salía de la estación justo en ese momento, matando a sus ocupantes, y esparció restos humanos y del barco por toda la ciudad.



Aún así se salvaron unas 500 cajas de dinamita, que no estallaron, y unos 1.000 Kg de nitroglicerina líquida. Cuando el 21 de marzo de 1894, por la mañana, se estaban recuperando estos peligrosos restos, se produjo una segunda explosión en la que murieron 15 personas y 7 resultaron heridas.

Desde entonces, todos los 3 de noviembre se rinde homenaje a las víctimas de esta tragedia junto al monumento que se erigió en su memoria, en 1896, cerca del lugar en el que estuvo atracado el barco.

lunes, 31 de octubre de 2016

Fin de semana bajo la niebla

Este fin de semana ha destacado por la niebla que ha habido en la costa. Una niebla tan espesa que ha limitado la visibilidad a unos metros y ha dificultado la navegación tanto aérea como marítima.



El sábado a primera hora de la tarde la niebla, aunque ya era espesa, no impidió que el ferry procedente de Inglaterra pudiera entrar a puerto. Para ello entró abriéndose paso haciendo sonar la sirena para advertir de su presencia a los demás barcos que pudiera haber en la bahía.


El domingo no sólo se mantuvo la niebla, sino que fue a más, por lo que en el aeropuerto Seve Ballesteros se cancelaron todas las operaciones del día.




miércoles, 19 de octubre de 2016

El otro Santander (III)

La calle Alejandro García


La calle que hoy nos ocupa es una calle en pendiente que comunica el paseo de Canalejas con la calle Tetuán. Es una tranquila calle en la que la mayoría de las casas son antiguos chalés unifamiliares con un pequeño jardín.



Su nombre actual lo recibió en 1913 a los pocos meses de abrirse la calle. Alejandro García fue un joven santanderino que en 1911 se alistó voluntariamente en la Guerra del Rif1 sustituyendo a un hermano, que era a quien le había tocado realmente alistarse, ya que éste estaba preparándose para ser ordenado sacerdote. Por este motivo la calle es conocida popularmente como "la cuesta del soldado".

1 La Guerra del Rif (1911-1927), también conocida como la Guerra de África, tuvo lugar en el norte de Marruecos cuando las tribus de la región montañosa del Rif se sublevaron contra las autoridades coloniales españolas y francesas.




martes, 11 de octubre de 2016

Un poco de historia (LVI)

La plaza de las Brisas


A medida que El Sardinero se iba transformando y se trazaban nuevas calles y avenidas, como resultado de las nuevas alineaciones entre Piquío y los cercanos hoteles quedó un espacio de forma triangular. En 1925 el arquitecto Ramiro Sainz Martínez, autor de la reforma de esa zona de El Sardinero, mejora dicho espacio y crea una plaza con jardines que recibe el nombre de "Plaza de las Brisas".


En 1927 el Ayuntamiento decide cambiar el nombre de la plaza y llamarla "Plaza de Juan Pombo Conejo", empresario, político y una importante personalidad en la vida local durante muchos años. Sin embargo, el proyecto no cuajó, como tampoco ocurrió en 1935 cuando el Ayuntamiento la quiso dar el nombre de "Plaza de Sainz Martínez", en honor al arquitecto que la creó.



En 1929 fue instalada en la plaza la estatua de Colón que originalmente estaba destinada a ser instalada en un salón del vapor "Cristóbal Colón" de la compañía Transatlántica. En 1945, por encargo del Ayuntamiento, el escultor José Torné crea un mapa en relieve de la entonces provincia de Santander en el que se puede ver con un gran detalle la orografía de la provincia así como las principales localidades, ríos, carreteras, etc.

Autobuses en la plaza de las Brisas (años 60-70)

Trolebús saliendo de la plaza de las Brisas (años 60-70)

La plaza estaba dividida en dos por una pequeña calzada en la que los trolebuses municipales primero, y luego los autobuses, tenían la última parada del recorrido. Se construyó una pequeña caseta que servía como pequeña oficina para los empleados del transporte urbano y también como taquilla en la que se podía obtener el billete del autobús. Cuando la plaza fue reformada en los años noventa se quitó esta pequeña calzada y la caseta, que se conserva, perdió su anterior uso. En la plaza aún se aprecia el trazado curvo que tenía esta calzada.

Antigua taquilla de los autobuses municipales

Trazado de la antigua parada de los autobuses municipales

Mapa en relieve de Cantabria





domingo, 9 de octubre de 2016

Refugios antiaéreos (VI)

Retomo la serie de artículos sobre los refugios antiaéreos que podemos encontrarnos en Santander para mostraros uno que está en la calle Vía Cornelia, bajo el Colegio La Enseñanza, junto a un rincón del muro.


Por lo poco que he podido averiguar sobre él mide unos 60 metros de longitud.


martes, 4 de octubre de 2016

El otro Santander (II)

La calle Rogelio de Egusquiza


La calle de la que hoy quiero hablaros es una pequeña transversal a la calle San Sebastián. Rogelio de Egusquiza es una calle muy corta, en pendiente. Consta de dos tramos de escaleras, uno a cada lado, con una zona central que en sus buenos tiempos debió estar ajardinada.


Rogelio de Egusquiza y Barrena fue un pintor y escultor nacido en Santander en 1845 que destacó por su pintura basada en temas de óperas de Wagner ya que fue amigo personal del compositor. Falleció en Madrid en 1915. Su obra está repartida en varios museos, entre ellos El Prado (Madrid) y el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (Santander).




miércoles, 28 de septiembre de 2016

El otro Santander (I)

Una de las mejores formas de conocer una ciudad es perderse por sus calles, callejear. De este modo se puede descubrir rincones, callejuelas, travesías, pasajes, etc., que no aparecen en los planos, libros, guías de viaje, etc., y que, pese a esto, pueden llegar a tener su encanto. Cuando tengáis tiempo libre os recomiendo que lo hagáis en Santander. Es lo que pretendo con esta nueva serie de artículos: descubrir rincones de Santander desconocidos, descubrir "el otro Santander".


Las travesías de San Matías y La Enseñanza

La calle San Matías es una pequeña calle que une las calles Vista Alegre y La Enseñanza y que tiene una pequeña travesía sin salida pero que, por increíble que parezca, tiene la suficiente anchura como para que en ella se pueda aparcar en batería.



Travesía de San Matías

En esta calle, al igual que en el Paseo de Pereda, se da la curiosa circunstancia de que hay portales con números pares e impares en la misma acera.

Por lo que a la travesía de La Enseñanza respecta, ésta se encuentra en la acera derecha de la calle, antes de la travesía de San Matías. Es una calle muy estrecha y pequeña a la que se accede por unas escaleras. Tampoco tiene salida.


Travesía de La Enseñanza

El otro Santander (II). La calle Rogelio de Egusquiza



viernes, 16 de septiembre de 2016

Numeración correlativa

En las calles de Santander podemos encontrarnos cosas curiosas en las que nadie se fija, aunque estén a la vista, pero que están ahí. Hace unos días una seguidora del blog, Elena, me mandó un correo en el que me preguntaba por una de estas curiosidades. Me contaba que un día tenía que ir a una oficina situada en un piso en el Paseo de Pereda y que cuando estaba buscando el portal se dio cuenta de algo curioso. Al principio no lo creía pero, después de hacer su gestión, recorrió de arriba abajo el Paseo de Pereda y pudo comprobar que era cierto, que lo había visto bien. Como no sabía a quién preguntar decidió escribirme para ver si yo la podía ayudar pero, tras preguntar a gente que podría saberlo, nadie me ha podido dar una respuesta convincente, sólo suposiciones.

Portales números 3 y 4

Portal con los números 7 y 8

Como todos sabéis, en cualquier calle los portales de una acera tienen números impares y los de la otra acera los tienen pares. En Santander hay muchas calles que sólo tienen una acera (el Paseo de Pereda, Vargas, San Fernando, Castelar, etc.) y sus portales son pares (San Fernando) o impares (Vargas, Castelar). Sin embargo, en el Paseo de Pereda se da un caso curioso: sus portales tienen números pares e impares. Esto es lo que llamó la atención a Elena.

Supongo que esto tendrá algún motivo, alguna explicación; tal vez en la Casona, en algún viejo registro, esté el por qué o haya alguien que lo sepa. Creo que es la única calle de Santander en la que pasa esto.

Portales números 16 y 17


ACTUALIZACIÓN

Gracias a nuestro amigo Gonzalo, del blog "Hablando de Cantabria", el cual recomiendo, hemos podido saber que en la Travesía de San Matías también hay portales pares e impares en la misma acera.

Portales números 3 y 4A de la Travesía de San Matías

La imagen de Google Maps que aparece al ejecutar el vínculo de más arriba no está actualizada ya que en ella aún se puede ver el edificio correspondiente al número 2 de la calle. En la actualidad ese edificio ya no existe y el número 2 de la Travesía de San Matías es un solar vacío.

Otro lugar en el que los portales también tienen números pares e impares es la plaza de La Esperanza.


jueves, 15 de septiembre de 2016

Un poco de historia (LV)

La calle Joaquín Costa

Ya desde antiguo se tiene constancia de la existencia de un sendero que comunicaba el Alto de Miranda con el camino del Cañón1 por el barranco por el que descendía un pequeño arroyo formado por las aguas procedentes de Miranda y otros lugares altos cercanos. Este barranco siempre fue conocido como "La Cañía", nombre que recibió oficialmente en 1877. A partir de los años 60 del siglo XIX, cuando El Sardinero empieza a ser conocido como lugar de veraneo, el Ayuntamiento empezó a tener en cuenta esta zona en sus planes de urbanismo.

Calle Joaquín Costa (1923)

Calle Joaquín Costa

Durante mucho tiempo fue un lugar de aspecto campestre ya que en él había varias casas de labor y plantíos. Lo que relanzó definitivamente esta zona de El Sardinero fue el tren de Pombo, el tranvía a vapor que, a través de un túnel bajo el Alto de Miranda que desembocaba en la vaguada de Tetuán, comunicaba El Sardinero con el centro de la ciudad. Se empezaron a construir chalés y hoteles de viajeros, y en ella se instalaron las Ferias de San Roque.

Tren de Pombo en La Cañía dirigiéndose al túnel

Vista de La Cañía desde el Alto de Miranda
(se puede ver el tren de Pombo dirigiéndose al túnel)

En 1911 recibió el nombre de Joaquín Costa como homenaje al político republicano fallecido ese mismo año. Sin embargo, popularmente sigue siendo conocida como "La Cañía".

1 El camino del Cañón era el nombre que recibía el tramo de costa comprendido entre La Magdalena y la Primera Playa, en el que se construyó la trinchera por la que se trazó la vía del tren de Gandarillas.