sábado, 27 de junio de 2020

Tal día como hoy...

El 27 de junio de 1912 el tranvía a Miranda inaugura el servicio con tranvías eléctricos. Desde su inauguración el 4 de marzo de 1897 hasta ese día los tranvías eran tirados por caballerías. El 15 de noviembre de 1953 circuló el último tranvía a Miranda y de Santander.

Tranvía en el Alto de Miranda (1950)


miércoles, 24 de junio de 2020

Tal día como hoy...

El 24 de junio de 1875 empieza a circular el tranvía a El Sardinero impulsado por el empresario Santos Gandarillas. El tranvía empezó siendo tirado por caballerías hasta que en 1877 empieza a usar locomotoras a vapor. El servicio se electrificó en 1913 y funcionó hasta 1951.

Locomotora "Magdalena"

También un 24 de junio, pero de 1892, empieza a circular el "tren del túnel", el tranvía a vapor impulsado por el empresario César Pombo, que iba a El Sardinero por el túnel que comunica las calles Tetuán y Joaquín Costa por debajo del Alto de Miranda. El tranvía estuvo en servicio hasta 1913.

Tren de Pombo en La Cañía dirigiéndose al túnel (1896)


martes, 23 de junio de 2020

Arte en las fachadas (XI)

Vamos a seguir disfrutando de algunos más de los artísticos murales que adornan fachadas y espacios urbanos en Santander. Hoy vamos a empezar en la calle Prado San Roque, donde se puede ver un mural realizado por el colectivo Boa Mistura.


De ahí nos vamos a la calle Pronillo, en la que está el siguiente mural, obra de Manuel Palencia.


Cerca de Pronillo, en la calle Leonardo Torres Quevedo se puede ver el siguiente mural en una pared del instituto del mismo nombre. El otro mural está en una pared del paseo del General Dávila, en el número 226.


Autor: Udatxo

Autor: Santos de Veracruz

Todas las fotos que ilustran esta entrada del blog son de José Manuel Nieto, un fiel seguidor del blog que no es la primera vez que colabora con sus fotos y al que quiero agradecer públicamente, una vez más, su interés y sus aportaciones al blog. Muchas gracias, José Manuel.




miércoles, 17 de junio de 2020

Tal día como hoy...

El 17 de junio de 1955 empezaron a circular los trolebuses que cubrían la línea Santander-El Astillero en sustitución de los tranvías, que cubrieron el servicio desde 1909. Los trolebuses dejaron de circular en 1975.

Trolebús en la calle Cádiz de Santander


jueves, 4 de junio de 2020

Un poco de historia (LXXXV)

La limpieza de la ciudad

Uno de los principales problemas a los que se enfrentan las ciudades es el de la limpieza de sus calles. En el caso de Santander, ya en el siglo XVIII el problema de la limpieza de las calles era de tal magnitud que el alcalde, don Manuel Francisco de Cevallos Guerra, conde de Villafuerte, diseño un plan para fomentar la policía y limpieza de las calles. En dicho plan Villafuerte hacía la siguiente observación: "Sin que por ningún caso se vean montones de broza en dichos sitios ni tampoco en las calles cerradas donde ahora se hallan con horror balsas de inmundicia capaces de pestiferar el pueblo y hacerle abominable a todo forastero".

En esa época aún persistía la ancestral costumbre de arrojar el agua sucia por la ventana, algo que Villafuerte también quería evitar y para lo que proponía "señalar sitios para hacerlo de noche, desde las ocho o las nueve en adelante". El plan también proponía "no permitir cerdos ni aves por las calles, ni basuras en los portales, que deben limpiar los habitantes".

Los barrenderos dispondrían de "carros de cuba y otra pieza a modo de cajón" para depositar la basura en lugares señalados previamente. Cada barrendero tendría unos haberes de seis reales al día además del beneficio de los abonos. El barrendero que mejor y con más celo desempeñase su labor a lo largo del año sería premiado con diez pesos.

Sin embargo, había un problema. El puesto de barrendero tenía una baja consideración social entre los habitantes de la ciudad, por lo que no había interesados en ocuparlo. Villafuerte, sin embargo, respondíó así: "Que pudiéndose lograr del destierro de la preocupación dimanante en la ciudad contra el oficio de estos encargados de la limpieza que llaman barrenderos, cuya ocupación está bien acreditada en otras partes, pues la ejercen labradores honrados, se saque a remate el alumbrado y limpieza […]". Por lo descrito en antiguos documentos, había calles que eran auténticos muladares.

Para escribir esta entrada he utilizado como documentación el libro "Santander. Biografía de una ciudad", capítulo V, de José Simón Cabarga. Centro de Estudios Montañeses (1954).