jueves, 14 de junio de 2018

Un poco de historia (LXXIV)

La calle Calderón de la Barca

A mediados del siglo XIX el barrio de Maliaño seguía siendo zona de marismas. Una de las obras públicas más importantes en la historia de Santander fue el relleno de esta zona. Además de a la plaza de las Navas de Tolosa, a la Rampa de Sotileza y a la calle Cádiz, abierta en 1900, el relleno de la nueva población de Maliaño también dio origen a una gran explanada al sur de la calle Méndez Núñez, paralela a la calle Cádiz. Esta explanada, en la que se construyeron unos pequeños jardines, recibió el nombre de Alameda de Isabel II, pero en 1881 el Ayuntamiento se lo cambió por el de Calderón de la Barca con motivo del segundo centenario de su muerte. Las fachadas que asomaban a la calle Calderón de la Barca eran en realidad las fachadas traseras de los edificios de la calle Méndez Núñez, donde estaban los portales. En la calle Calderón de la Barca estaban los portales accesorios.

El 3 de noviembre de 1893 las calles Calderón de la Barca y Méndez Núñez fueron prácticamente destruidas por la explosión del vapor Cabo Machichaco. Una vez reconstruido el barrio, el Ayuntamiento quiso transformar la alameda en bulevar para el provecho de los vecinos, pero éstos apenas podían disfrutarlo ya que las vías del ferrocarril y del tranvía a El Astillero discurrían por ahí.

Calle Calderón de la Barca (1897)
Calle Calderón de la Barca (1914)

No habían pasado aún 48 años cuando la tragedia volvió de nuevo a este barrio en febrero de 1941. Prácticamente todas las casas que había desde el Gran Hotel Continental hasta la calle Arce Bodega1 fueron destruidas por el fuego. Sólo se salvaron las dos casas anteriores a la calle Arce Bodega y la siguiente manzana de casas (donde actualmente está el Hotel Abba Santander).

Calle Méndez Núñez (1941)
Calle Calderón de la Barca (1941)

Debido a su cercanía a las estaciones de ferrocarril, Calderón de la Barca era una calle en la que abundaban las pensiones, fondas, casas de huéspedes y hospedajes de todo tipo, así como restaurantes y casas de comida.

Calle Calderón de la Barca (1935)
Calles Calderón de la Barca y Méndez Núñez

En la reconstrucción de Santander después del incendio de 1941 se procedió al desmonte del cerro de Somorrostro, lo que permitió prolongar las calles Lealtad e Isabel II. Mientras la calle Cádiz ganó amplitud la calle Méndez Núñez se vio reducida a una estrecha y pequeña calle trasera, al tiempo que perdía su entrada por la plaza de Farolas.

El traslado de la Estación de la Costa a la plaza de Las Estaciones permitió ganar espacio para los muelles. También se construyó una pequeña plaza y en un terreno en el que se iba a construir un edificio2 y que, por diversos motivos, estuvo abandonado mucho tiempo hasta que en los años 70 se acabó haciendo un aparcamiento. Pero la calle Calderón de la Barca seguía constreñida por la vía férrea que la atravesaba hasta que, a finales de los años 80, por fin dejaron de circular los trenes por la ciudad. También fue una gran mejora para la zona la construcción del aparcamiento subterráneo, lo que permitió crear una gran plaza en la superficie para disfrute de los vecinos.

Calle Calderón de la Barca (años 80)
(Imagen procedente de "Cantabria y Santander en el recuerdo")
Calle Calderón de la Barca (1988)

ACTUALIZACIÓN

Rafael, un seguidor del blog que ya ha colaborado otras veces con información y fotos, me ha enviado una foto de la calle Calderón de la Barca después del incendio de 1941 en la que se pueden ver, en primer plano, las varillas metálicas dobladas que dieron origen al nombre de "las cachavas"2.

Calle Calderón de la Barca (1941)

Quiero agradecer públicamente a Rafael (sólo sé su nombre) una vez más su aportación al blog.


1 La calle Arce Bodega era una transversal a las calles Cádiz, Méndez Núñez y Calderón de la Barca. Cuando se prolongó la calle Isabel II después de proceder al desmonte del cerro de Somorrostro pasó a ser parte de la nueva calle, perdiendo su nombre original.
2 Aunque el edificio proyectado nunca se construyó, ya se había construido el muro perimetral de los cimientos y las varillas de acero del encofrado sobresalían y constituían un gran peligro, por lo que sus extremos fueron doblados, dándolas aspecto de bastones, por lo que el lugar empezó a llamarse popularmente "las cachavas".


Un poco de historia (LXXV). El barrio de San Martín y la calle Juan de la Cosa
Un poco de historia (LXXIII). La avenida de Reina Victoria