viernes, 30 de marzo de 2018

La visita del canónigo Zuyer

Antiguamente, para que una localidad fuera nombrada ciudad era necesario que la misma fuera sede de un obispado y tuviera su propia diócesis. Desde antiguo la villa de Santander pertenecía a la diócesis de Burgos y llevaba tiempo pleiteando con la Silla Arzobispal de Burgos para establecer el Obispado de Peñas al Mar. Para aclarar determinados puntos relativos al pleito, el nuncio Bonelli elige al canónigo Pellegrino Zuyer, comisionado de la Congregación Consistorial, para que visite la región y elabore un informe. En 1660 Zuyer se dirigió a las Montañas Bajas de Burgos y emprendió un viaje que le llevó a recorrer la franja del litoral cantábrico desde la ría del Nervión hasta San Vicente de la Barquera, regresando a la Meseta por Los Tojos y Reinosa. Su visita al agreste norte concluyó el 5 de diciembre y sirvió al religioso para elaborar un minucioso informe destinado a juzgar la oportunidad de erigir un obispado en la zona examinada.

Zuyer reflejó sus impresiones en un informe llamado "Itinerario", escrito en italiano y que se conservaba en los archivos secretos del Vaticano. En dicho informe Zuyer escribe acerca de la provincia, la villa de Santander, sus gentes, sus costumbres, la nobleza, los oficios, la estructura social, etc. En lo que respecta a la villa en sí, a la hora de determinar cuántas casas había en la villa, y dado que según a quién preguntara obtenía una respuesta diferente, "[...] para verificar más ciertamente su número, he contado todas las casas, tanto del recinto de la muralla como las que están fuera de las puertas [...] y esta diligencia no es difícil, pues no hay más que seis calles que pueden tener el nombre de tales y que apenas si en ellas caben dos carrozas; las otras todas son callejuelas de poca consideración, que no tienen casas particulares, siendo casi todas las mismas casas de las calles principales que corresponden en una parte a dichas callejas [...]".

Más adelante Zuyer dice lo siguiente: "[...] La calle más larga es la de la Ribera, que no tiene más de 26 casas en fila. La Plaza está en el centro del lugar, como se ve en el plano de la villa y no tiene de ancho más de veinticuatro pasos ordinarios y sesenta de largo. En ella confluyen casi todas las calles, habiendo a mano izquierda cuatro y a mano derecha, tres; la más larga no tiene más que veintitrés casas en línea; otras que no llegan a catorce o veinte por banda, y sumando todo el número de las que hay dentro de la muralla, no llega a doscientas noventa casas en total, entre las cuales las hay deshabitadas y no tienen otra cosa que los muros y el aspecto exterior. Fuera de las puertas son noventa a cien casas en junto, comprendiendo todas las que están ante las puertas del muro, en dos calles muy pobladas por pescadores. En total, haciendo el cómputo, a lo más que se puede llegar en cuanto al número de casas, será menos de cuatrocientas y no parece que pueda pasar del número de setecientas, el de las familias u hogares, poco más o menos [...]".

Zuyer describe las casas de la villa del siguiente modo: "[...] Se construye en siete u ocho sitios de la villa de Sant'Ander, pero son casas muy ordinarias; la mitad, de piedra, y la otra mitad, de madera. No he visto más de seis o siete casas que tuvieran proporciones de verdaderas casas, y todas de piedra; en particular, la del Veedor, frontera a la iglesia de los reverendos padres jesuitas, en la cabeza de la plaza […]".


Plano de la villa de Santander dibujado por Zuyer en 1660

Para completar su informe sobre Santander Zuyer dibuja un plano en el que se pueden ver las principales calles de la villa, el puerto, la muralla, las fortificaciones de San Martín, La Cerda, Monte Hano y San Pedro del Mar, así como los lugares de San Román y Cueto. Las calles citadas por el canónigo Zuyer son las de Santa Clara, la Compañía, Rúa del Palacio, San Francisco y Don Gutierre, que desembocaban en la Plaza, de la que partía hacia la entonces Abadía de los Santos Cuerpos la Rúa del Puente sobre el arroyo de Becedo. Esta misma configuración, con muy ligeras modificaciones, permaneció hasta el incendio de febrero de 1941 que devastó la ciudad.

Para escribir este artículo he utilizado como documentación el libro "Santander. Biografía de una ciudad", capítulo I, de José Simón Cabarga. Centro de Estudios Montañeses (1954).


2 comentarios:

  1. Hola. Aparece, a la izquierda de San Román en el mapa, otra cosa que no sé si pone "Corominas" o algo así... ¿qué es? Gracias y saludos.

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    1. Hola. Sí, cuesta leerlo, pero el dibujo que hay junto al texto parece una iglesia y en el texto también podría poner "S. Geronimo". La verdad es que no lo sé y no he encontrado información al respecto.

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