Cuando se pasea por las calles de Santander, además de descubrir calles y rincones poco conocidos, también podemos descubrir pequeños elementos, detalles, etc., que pasan desapercibidos y que, en muchos casos, deberían ser conservados y restaurados. Este es el caso de los dos elementos quiero daros a conocer.
En la calle San Celedonio, muy cerca de la Cuesta de la Atalaya, podemos ver una antigua portalada que, por su aspecto, debió pertenecer a alguna casa familiar o residencia, tal vez a algún taller, almacén, colegio, etc., que hubo ahí. En cualquier caso sólo queda la portalada, con dos huecos, y dos adornos en su parte superior de los que quedan unos restos. Es increíble que al construir los edificios actuales, cuando se reconstruyó la ciudad después del incendio de 1941, se conservara dicha portalada.
Portalada en la calle San Celedonio
En la calle Arrabal, muy cerca de la plaza del Río de la Pila, hay un antiguo edificio bajo perteneciente a una entidad financiera y que a veces ha sido sala de exposiciones. Como se puede ver en la foto inferior, tiene unos adornos con molduras que bien restaurados creo que quedarían muy bonitos y destacarían.
Edificio en la calle Arrabal
El del Arrabal, si no me equivoco, era un lavadero, como el que hay en Perines junto al Naroba.
ResponderEliminarNo lo sé. No he encontrado ninguna documentación sobre dicho edificio. Si fue un lavadero, y por su situación, tal vez estuviera surtido por el manantial que manaba en el Río de la Pila y alimentaba la fuente situada en la plaza de la Aduana (actual plaza del Príncipe).
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