jueves, 23 de agosto de 2018

Vamos a la playa... (II)

En la Segunda Playa de El Sardinero el ambiente era igual que en la Primera Playa. En las siguientes fotos de 1900 vemos que la costumbre en aquella época era usar una caseta con ruedas para cambiarse y asientos en forma de cesta para protegerse del sol.

Segunda Playa (1900)
Segunda Playa (1900)

En las fotos se puede ver cómo era la zona de Mataleñas, Cueto, etc., hace más de cien años. Todo eran prados y no había nada urbanizado, sólo algunos caminos.

No sé en qué época del año se tomó la siguiente foto, pero en 1924 la Segunda Playa presentaba el aspecto que se ve en la siguiente foto. Se puede apreciar cómo El Sardinero estaba poco poblado y en la ladera norte del Alta sólo había prados.

Segunda Playa (1924)

Avanzamos en el tiempo hasta los años 50 y vemos que, aunque en Mataleñas seguía habiendo prados, ya existía el edificio de la actual Escuela Universitaria de Turismo "Altamira". La playa empezaba a llenarse de gente y en el mar había unos cuantos bañistas.

Segunda Playa (años 50)

Como se puede ver en la primera de las dos siguientes fotos, en el verano de 1967 la Segunda Playa ya estaba más concurrida. Por lo que a El Sardinero respecta, en Cueto ya había más casas y se estaba empezando a construir el edificio blanco que está junto a las escaleras en las que empieza la senda costera a Mataleñas. También se puede ver el Balneario de Castañeda en la playa y que los Jardines de Piquío aún no tenían el paseo que bordea la playa.

La segunda foto es de 1977 y está tomada, aproximadamente, desde el mismo lugar que la foto anterior de 1924. Óbservese el cambio sufrido en 53 años en la misma zona.

Segunda Playa (1967)
Segunda Playa (1977)

Como vemos, no sólo cambia El Sardinero con los años, también cambian las modas, los usos sociales, las costumbres, etc. Sin embargo, lo que no ha cambiado con los años han sido las ganas de ir a la playa a divertirse. Hay quien hace lo indecible por ir a la playa, incluso seguir al pie de la letra eso de "ir a la playa en coche", como se puede ver.

Segunda Playa (años 60-70)


Vamos a la playa... (III)
Vamos a la playa... (I)


lunes, 20 de agosto de 2018

Vamos a la playa... (I)

En estos días veraniegos en los que la gente va a la playa a disfrutar del buen tiempo, a tomar el sol, a bañarse y a divertirse, vamos a viajar en el tiempo para recordar cómo disfrutaba antes la gente de la playa y ver, al mismo tiempo, cómo han ido cambiando las playas de Santander y su entorno.

Para ello nos vamos a El Sardinero, a la Primera Playa, y al año 1900. La gente iba a la playa vestida con la misma ropa que llevaba a la calle y se sentaba en una especie de cestas que le protegía del sol. Al fondo de la foto se puede ver la capilla de San Roque que estaba entre las playas de La Concha y Primera.

Primera Playa (1900)

Las siguientes fotos corresponden a 1914 la primera y a los años 20 la segunda. En ambas se pueden apreciar la moda de esos años, las niñeras cuidando de los niños, la gente paseando por la playa como si lo hicieran por una avenida...

Primera Playa (1914)
Primera Playa (años 20)

Viendo las dos fotos se puede observar cómo cambió el Gran Hotel. En la segunda foto se ve que fue reformado y le incorporaron las torres.

Las dos siguientes fotos corresponden a los años 1923 y 1935, respectivamente. Se puede ver el cambio sufrido por el paso de los años. En los años 20 aún se seguían usando las cestas y las casetas para cambiarse y, unos años después, ya dejaron de usarse.

Primera Playa (1923)
Primera Playa (1935)

En la foto de 1923 se puede ver cómo en la península de La Magdalena aún no había los árboles que hay actualmente. También se puede ver el Restaurante Miramar situado en la Punta del Lobo.

Saltamos unos años en el tiempo y nos vamos a los años 50-60 de la primera foto, en la que El Sardinero ya es prácticamente igual a como es ahora. En la segunda foto, de los años 60, se puede ver al fondo, en Cabo Menor, el cuartel de la Guardia Civil que había en esa zona.


Primera Playa (años 50-60)
Primera Playa (años 60)


Vamos a la playa... (II)

martes, 7 de agosto de 2018

Arte en las fachadas (V)

Una vez retirados los andamios, ya se puede contemplar el espectacular mural pintado en la fachada lateral del edificio recién construido en la calle Peña Herbosa, al lado de la sede del Gobierno Regional.

(Autor: Josu Espiga Izarra)

Como se puede ver, representa la rotura de las cadenas que bloqueaban en río Guadalquivir en Sevilla, junto a la Torre del Oro, por el barco mandado por Ramón Bonifaz. Este hecho histórico tuvo lugar el 3 de mayo de 1248.

Junto al mural hay un pequeño panel que narra el hecho y una estrofa de la canción "Viento del norte", de Nando Agüeros. En el mural también se puede ver a San Emeterio y San Celedonio, patronos de Santander. Todos estos elementos forman parte del escudo de Santander.


El edificio recién construido ha ocultado otro mural que había en la fachada lateral del edificio contiguo. Esperemos que este no desaparezca.



lunes, 23 de julio de 2018

Las ferias de Santiago

Desde hace unos diez años las atracciones para las ferias de Santiago se instalan en el aparcamiento del campo de fútbol de El Sardinero, pero esta no ha sido siempre su ubicación. Desde que empezaron a celebrarse a mediados del siglo XIX en el Alto de Miranda han cambiado varias veces de ubicación. A continuación vamos a ver algunas de ellas, aquellas de las que tengo imágenes.

En 1869 empezaron a celebrarse en la Alameda Segunda hasta que en 1947, debido a las reformas hechas, tuvieron que ser trasladadas a otra ubicación.

Ferias en la Alameda Segunda (1900)

En los años 60 vemos que las casetas estaban instaladas frente al muelle de Maliaño, a la altura de la Comandancia de Marina.

Ferias frente al muelle de Maliaño
(Autor: Fotografía Mazo)

A mediados de los años 60 fueron trasladadas a la plaza de las Estaciones, donde estuvieron hasta los años 70.

Ferias en la plaza de las Estaciones (1964)
Ferias en la plaza de las Estaciones (1965)

De la plaza de las Estaciones pasaron a instalarse en El Sardinero, en la dársena de El Camello, donde estuvieron unos cuantos años.

Ferias en El Camello (1971)

En los años 80 nos encontramos con las ferias de nuevo en la Alameda de Oviedo, cerca de Cuatro Caminos, como se puede ver en la siguiente imagen.

Ferias en la Alameda de Oviedo (años 80)

Debido a las molestias que causaban a los vecinos y a las reformas que se iban a hacer en la Alameda fueron trasladadas de nuevo, esta vez a La Albericia.

Ferias en La Albericia (1992)

Con el tiempo cada vez había más carruseles, casetas, etc., por lo que se necesitaba más espacio y las molestias a los vecinos cada vez eran mayores, así que el Ayuntamiento decidió buscar un nuevo emplazamiento. Unos años después, y tras varias disputas con los feriantes debido a la ubicación elegida, nos encontramos con las ferias instaladas en Rostrío, junto a la Virgen del Mar.

Ferias en Rostrío

En 2009 el Ayuntamiento decide buscar, una vez más, un nuevo emplazamiento y desde entonces se instalan en su ubicación actual. ¿Hasta cuándo?


jueves, 14 de junio de 2018

Un poco de historia (LXXIV)

La calle Calderón de la Barca

A mediados del siglo XIX el barrio de Maliaño seguía siendo zona de marismas. Una de las obras públicas más importantes en la historia de Santander fue el relleno de esta zona. Además de a la plaza de las Navas de Tolosa, a la Rampa de Sotileza y a la calle Cádiz, abierta en 1900, el relleno de la nueva población de Maliaño también dio origen a una gran explanada al sur de la calle Méndez Núñez, paralela a la calle Cádiz. Esta explanada, en la que se construyeron unos pequeños jardines, recibió el nombre de Alameda de Isabel II, pero en 1881 el Ayuntamiento se lo cambió por el de Calderón de la Barca con motivo del segundo centenario de su muerte. Las fachadas que asomaban a la calle Calderón de la Barca eran en realidad las fachadas traseras de los edificios de la calle Méndez Núñez, donde estaban los portales. En la calle Calderón de la Barca estaban los portales accesorios.

El 3 de noviembre de 1893 las calles Calderón de la Barca y Méndez Núñez fueron prácticamente destruidas por la explosión del vapor Cabo Machichaco. Una vez reconstruido el barrio, el Ayuntamiento quiso transformar la alameda en bulevar para el provecho de los vecinos, pero éstos apenas podían disfrutarlo ya que las vías del ferrocarril y del tranvía a El Astillero discurrían por ahí.

Calle Calderón de la Barca (1897)
Calle Calderón de la Barca (1914)

No habían pasado aún 48 años cuando la tragedia volvió de nuevo a este barrio en febrero de 1941. Prácticamente todas las casas que había desde el Gran Hotel Continental hasta la calle Arce Bodega1 fueron destruidas por el fuego. Sólo se salvaron las dos casas anteriores a la calle Arce Bodega y la siguiente manzana de casas (donde actualmente está el Hotel Abba Santander).

Calle Méndez Núñez (1941)
Calle Calderón de la Barca (1941)

Debido a su cercanía a las estaciones de ferrocarril, Calderón de la Barca era una calle en la que abundaban las pensiones, fondas, casas de huéspedes y hospedajes de todo tipo, así como restaurantes y casas de comida.

Calle Calderón de la Barca (1935)
Calles Calderón de la Barca y Méndez Núñez

En la reconstrucción de Santander después del incendio de 1941 se procedió al desmonte del cerro de Somorrostro, lo que permitió prolongar las calles Lealtad e Isabel II. Mientras la calle Cádiz ganó amplitud la calle Méndez Núñez se vio reducida a una estrecha y pequeña calle trasera, al tiempo que perdía su entrada por la plaza de Farolas.

El traslado de la Estación de la Costa a la plaza de Las Estaciones permitió ganar espacio para los muelles. También se construyó una pequeña plaza y en un terreno en el que se iba a construir un edificio2 y que, por diversos motivos, estuvo abandonado mucho tiempo hasta que en los años 70 se acabó haciendo un aparcamiento. Pero la calle Calderón de la Barca seguía constreñida por la vía férrea que la atravesaba hasta que, a finales de los años 80, por fin dejaron de circular los trenes por la ciudad. También fue una gran mejora para la zona la construcción del aparcamiento subterráneo, lo que permitió crear una gran plaza en la superficie para disfrute de los vecinos.

Calle Calderón de la Barca (años 80)
(Imagen procedente de "Cantabria y Santander en el recuerdo")
Calle Calderón de la Barca (1988)

ACTUALIZACIÓN

Rafael, un seguidor del blog que ya ha colaborado otras veces con información y fotos, me ha enviado una foto de la calle Calderón de la Barca después del incendio de 1941 en la que se pueden ver, en primer plano, las varillas metálicas dobladas que dieron origen al nombre de "las cachavas"2.

Calle Calderón de la Barca (1941)

Quiero agradecer públicamente a Rafael (sólo sé su nombre) una vez más su aportación al blog.


1 La calle Arce Bodega era una transversal a las calles Cádiz, Méndez Núñez y Calderón de la Barca. Cuando se prolongó la calle Isabel II después de proceder al desmonte del cerro de Somorrostro pasó a ser parte de la nueva calle, perdiendo su nombre original.
2 Aunque el edificio proyectado nunca se construyó, ya se había construido el muro perimetral de los cimientos y las varillas de acero del encofrado sobresalían y constituían un gran peligro, por lo que sus extremos fueron doblados, dándolas aspecto de bastones, por lo que el lugar empezó a llamarse popularmente "las cachavas".


Un poco de historia (LXXV). El barrio de San Martín y la calle Juan de la Cosa
Un poco de historia (LXXIII). La avenida de Reina Victoria


martes, 22 de mayo de 2018

Edificios estrechos

Seguro que todos conocéis el pequeño edificio azul que está en la calle La Unión encajonado entre dos edificios de pisos y cuya parte trasera da a la avenida de Reina Victoria. Es un edificio de por sí muy estrecho y el hecho de estar entre dos edificios grandes hace que parezca aún más estrecho, además de llamar la atención.


Pero este no es el único edificio estrecho que hay en Santander, ya que podemos encontrar edificios tan estrechos, o más, que éste. Para empezar, nos vamos al Casco Viejo, donde podemos encontrar los siguientes:

Calle del Medio nº 7
Calle Arrabal nº 10

Del Casco Viejo nos vamos a la calle Vargas, donde podemos encontrar los siguientes edificios:

Calle Vargas nº 3 y nº 5
Calle Vargas nº 11
Calle Vargas nº 25

De la calle Vargas subimos al Cabildo de Arriba donde, en las calles Alta y Cuesta del Hospital, podemos ver los siguientes:

Calle Alta nº 27 y nº 29
Calle Alta nº 13
Calle Cuesta del Hospital nº 18

Dejo para el final los que tal vez sean los edificios más estrechos de Santander, sobre todo el segundo, situado en el número 24 de la calle Alta. El último está en la calle Fernando VI. Como se puede ver, además de por su anchura también destaca por su tamaño.

Calle Alta nº 10
Calle Alta nº 24
Calle Fernando VI nº 7

Como podéis ver en las fotos, algunos de ellos están ocupados parcialmente o totalmente abandonados y en muy mal estado. Es increible cómo antes se aprovechaba cualquier espacio libre, por muy pequeño que fuera, para construir un edificio de tres o cuatro plantas.



viernes, 11 de mayo de 2018

Un poco de historia (LXXIII)

La avenida de Reina Victoria

A mediados del siglo XIX, para la reforma de la ciudad, ésta se divide en tres zonas claramente definidas: la Nueva Población de Maliaño (desde la dársena de las Naos hacia el oeste), el casco urbano y el barrio veraniego de El Sardinero (desde San Martín hasta Cueto). Para esta última zona se trazó el llamado "Plan de Ensanche del Este". El principal objetivo de dicho Plan era el trazado de una vía "desde Puertochico para allá", tomando como punto de partida la plataforma de la vía del tranvía de Gandarillas.

Construir un camino cómodo, a media ladera, superando la difícil orografía del terreno suponía un importante desembolso que la economía municipal no se podía permitir. Aun así se estableció la calle San Martín como punto de partida del Ensanche del Este. El primer proyecto de una avenida hasta El Sardinero data de 1911. Desde el primer momento a la nueva vía le asignaron la categoría de avenida ya que, según sus autores, "por su situación, suavidad de rasantes y amplitud permitiría la circulación de toda clase de vehículos y peatones con verdadera holgura". Dicha avenida iría desde la calle de La Unión hasta La Magdalena y tendría una longitud de dos kilómetros. También se proponía como nombre para la nueva avenida el de la reina doña Victoria Eugenia de Battenberg, esposa del rey Alfonso XIII.

Avenida de Reina Victoria y paseo de Pérez Galdós
Avenida de Reina Victoria y paseos de Ramón Pelayo y Pérez Galdós

Para las obras era precisa la expropiación de parte de la finca de La Alfonsina y de varios terrenos propiedad de particulares. Esto dio lugar a litigios con algunos propietarios y a la búsqueda de soluciones a estos conflictos por parte del Ayuntamiento. Por fin, en noviembre de 1912 las obras salen a subasta y son adjudicadas al empresario Estanislao Arruti. El Ayuntamiento tomó importantes acuerdos en relación a la avenida, "que ha de ser uno de los paseos en que la circulación será más intensa y que por la belleza del hermoso panorama que desde él se ha de gozar, debe exigir como complemento la estética de los edificios que se erijan en sus proximidades". Una de estas decisiones fue la de aplicar una ordenanza que establecía que "en los paseos y avenidas que se aprueben y especialmente en los del Alta, Concepción, Miranda, Bajadas de El Sardinero, El Cañón y nuevas carreteras de Maliaño a Peñacastillo, no se permitirá ninguna construcción que no se retire menos de cinco metros de la verja o línea de cerramiento lindantes con el andén".

También se aplicaría un acuerdo realmente trascendente, según el cual se prohibían, de modo terminante, las construcciones en el lado sur de la avenida y la edificación de cualquier tipo que restase a la vista el placer de la contemplación del prodigioso panorama de la bahía.


A los problemas legales derivados de las expropiaciones de terrenos hubo que añadir también varias huelgas que paralizaron las obras. Por fin, en julio de 1914 el paso del cortejo de la reina (el rey aún no había llegado a Santander) dio por inaugurada la nueva avenida. Los coches que formaban el cortejo circularon despacio para que la reina pudiera ver la obra terminada y el paisaje que se divisaba desde la avenida.

En un principio la avenida llegaba hasta la curva conocida actualmente como "de La Magdalena". A partir de ese punto la carretera ascendía ligeramente hasta confluir con el paseo de Pérez Galdós, desde donde seguía por el "camino del Cañón", paralelo a la trinchera del tranvía que, por la Punta del Lobo, o de Miramar, seguía hasta El Sardinero.

1941

En 1948 empezaron las obras para prolongar la avenida hasta la plaza de Italia. Para ello se rebajó la rasante y se eliminó la trinchera del tranvía para poder ensanchar la calzada. Sobre la ensenada de El Camello se hizo un terraplenado intensivo con las rocas y tierras procedentes del desmonte del cerro de Somorrostro realizado para prolongar las calles Isabel II y Lealtad en la reconstrucción del centro de la ciudad después del incendio de 1941. También se eliminó la pequeña loma que había al inicio del desaparecido paseo de Ramón Pelayo, mejorándose el cruce con el paseo de Pérez Galdós.

La avenida de Reina Victoria vista desde la Quinta Maza

Ahora ya se podía ir desde San Martín hasta El Sardinero por un bonito y cómodo paseo al borde de la bahía con unas vistas espectaculares. Las puntas de Miramar y San Roque se transformaron en sendos miradores con pérgolas y jardines y a la altura de la Primera Playa se ensanchó aún más el paseo y se hizo una plantación de tamarises a todo lo largo del mismo hasta llegar a Piquío.

En 1936, atendiendo a una vieja demanda de algunos ediles de 1925, en especial de Macario Rivero, del Frente Popular, el entonces alcalde de Santander, Ernesto del Castillo Bordenave, cambió el nombre a la avenida y la llamó "Avenida de Pablo Iglesias", pese a que una calle del Ensanche de Maliaño ya tenía ese nombre desde unos años antes.

La avenida de Reina Victoria es uno de los paseos más bonitos de Santander, con unas vistas increíbles sobre la bahía, especialmente los días soleados con viento sur. A lo largo de la misma hay jardines, miradores y unos cuantos monumentos que están necesitados de una buena limpieza y restauración.


Un poco de historia (LXXIV). La calle Calderón de la Barca
Un poco de historia (LXXII). La calle Santa Lucía